Padre nuestro la oración por excelencia

El Padre nuestro

El Padre nuestro.

Jesús nos indica la manera de orar y nos enseña la verdadera y hermosa oración que es el Padre nuestro, la oración por excelencia.


En San Mateo nos dice así:
«Ahora bien, cuando oréis, no charléis mucho, como los paganos, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
«Vosotros, pues, orad así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
venga tu Reino;
hágase tu Voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal.
Mc 6, 7-13

En San Lucas:
Estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» Él les dijo: «Cuando oréis, decid:
Padre, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano,
y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe,
y no nos dejes caer en tentación.»
Lc 11, 1-4


Puede haber muchas interpretaciones del significado de cada una de sus partes de esta bella oración, y esto se puede reflejar por el sentimiento, cercanía, circunstancia, momentos de la vida, sucesos, etc. de cada persona al orar con el Padre nuestro, pero hay varias constantes en las cuales podemos reflexionar:
  • Jesucristo nos enseña la manera de orar. No es una oración cambiante o acomodaticia a las circunstancias.
  • Es verdaderamente bello y esperanzador que Cristo mismo nos invita a llamarle Padre, a Dios nuestro creador. Sin restricciones ni condicionantes de manera alguna. Nuestro Padre. Una sencilla palabra que nos da confianza filial ¡Padre!
  • También esta oración tiene la particularidad que oramos al Padre con una pertenencia comunitaria. No es una oración individualista ni egoísta. Alabamos a nuestro Padre en comunión con nuestros hermanos, le damos gracias y le pedimos no solo por uno mismo, sino de manera plural, por un "nosotros".
  • Cristo nos enseñó una oración concreta y completa. No le falta nada, no le sobra nada. ¿Por qué? porque al orar le manifestamos a Dios que Él es quien conoce todo de nosotros, nuestras necesidades, nuestra fe y que se haga la voluntad de Dios en nuestra persona.

Por lo que entonces es una verdadera oración, ¡la oración por excelencia! Rezamos y oramos como hijos del Padre, sabedores que nos escucha. Nuestras palabras llegan a Dios porque se las entregamos y él las recibe. Estas palabras, esta oración jamás se perderá ni quedará a expensas del viento. Tiene un destinatario concreto y el origen somos sus hijos.


La oración del Padre nuestro en nuestro idioma español y de manera común, oramos diciendo:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal.

Oremos
Oremos con fe


Con estas palabras le llamamos Padre, esto es, Dios Padre y Señor nuestro. Sabemos que está en el cielo, santificamos su Nombre, le pedimos que venga su Reino y que su voluntad sea en la tierra y en el cielo.
Le pedimos nos dé el pan cotidiano, que nos perdone esas ofensas cometidas, más nos comprometemos a perdonar a los que también nos han ofendido.
Terminamos la oración pidiéndole que no nos deje caer en la tentación y nos libre de cualquier mal.

Es una oración bella de alabanza, petición y fe. Pero también de compromiso. En esta oración está reflejada nuestra humanidad.

  

DLA publicado originalmente el 5 de septiembre de 2022

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