Ecumenismo, para que todos sean uno

 

Ecumenismo

Así habló Jesús,
y dijo mirando al cielo:
«Padre, ha llegado la hora;
glorifica a tu Hijo,
para que tu Hijo te glorifique a ti
Como tú me has enviado al mundo,
yo también los he enviado al mundo.
Y por ellos me santifico a mí mismo,
para que ellos también
sean santificados en la verdad.
No ruego sólo por éstos,
sino también por aquellos
que creerán en mí
por medio de su palabra,
para que todos sean uno.
Como tú, Padre, en mí y yo en ti,
que también sean uno en nosotros,
para que el mundo crea
que tú me has enviado.
Les he dado la gloria que me diste,
para que sean uno,
como nosotros somos uno:
yo en ellos y tú en mí,
para que sean perfectamente uno,
y el mundo conozca
que tú me has enviado
y que los has amado a ellos
como me has amado a mí.
Jn 17, 1. 18-23


¿Por qué existen diferentes denominaciones de iglesias cristianas? Deberíamos ser una sola ¿no es así?

Jesús envió a sus discípulos a anunciar su Evangelio, a todos. Es entonces algo muy concreto y se podría decir que, de alguna manera, simple de ejecutar, aunque no de transmitir.
Simple, porque no hay condicionantes que no se puedan cubrir.
Más el anunciar la Buena Nueva es ir recorriendo todas las naciones e ir predicando la buena noticia que en sí misma es Cristo Jesús, su venida a nosotros como nuestro Salvador y claro, dando a conocer todo lo que él realizó: sus hechos, sus palabras y el llegar a morir por nosotros tomando nuestros pecados, y con su grandiosa resurrección que nos da la esperanza de alcanzar la vida eterna con él.

No debemos de confundir aquí que como son cuatro Evangelios de autores diferentes, Marcos, Mateo, Lucas y Juan, que pudiera haber entonces bases para tener diferentes iglesias cristianas. ¡Evangelio sólo hay uno!, y maneras de transmitirlo puede haber muchas y éstas cuatro, fueron las que canónicamente la Iglesia reconoció. Difieren unos de otros principalmente por el autor y, el entorno y el público hacia quienes iba dirigida esa predicación. Iban relatando la Buena Nueva a los judíos que no habían creído todavía que Jesús era el Mesías, y el anuncio también a los paganos para darle a conocer. Y antes de que los Evangelios fueran puestos por escrito, fueron difundidos de forma oral y en diferentes épocas. Pero Jesús y su Evangelio es único, así como la Iglesia cristiana también debería de ser una sola. Los cuatro Evangelios convergen en un solo fin: Jesús.

Pero claro, a través del tiempo y como seres humanos falibles, diversos y muchas veces hasta obligados por las circunstancias en ciertos momentos de la humanidad, se van creando intereses de otra índole o necesidades para suplir o agregar condiciones a un estilo de doctrina. Por citar:
  • La iglesia católica, heredera del legado de Jesús y sus apóstoles, iniciando con Pedro. Finalmente, iglesia católica, apostólica y romana.
  • La iglesia ortodoxa, griega o de oriente, que es prácticamente similar a la católica, pero se separan por algunas diferencias de interpretación de la teología cristiana.
  • La iglesia luterana surgida en Alemania y por iniciativa de Martín Lutero que fue un cisma mayúsculo por el rompimiento de estructuras, principios e intereses de su tiempo y derivándose en varias iglesias protestantes.
  • La Iglesia Anglicana, una variante protestante, que surge también de la separación por intereses contrapuestos de la monarquía inglesa de Enrique VIII hacia con el Papa.
Y así, por cualquier aspecto válido o no, otras más.

A través del tiempo estas diferencias han permeado en todos los miembros de cada iglesia y ha habido hasta una especie de competencia y de querer demostrar o afirmar, que quien pertenece a una iglesia, es la verdadera. Quisiéramos muchas veces ostentar desde esa iglesia, la designación como la auténtica e indiscutible, aún a costa de menospreciar a los miembros de otras iglesias cristianas y aún peor, de ni siquiera querer o poder cruzar palabra con esos otros y mucho menos convivir en cualquier forma.

Ya desde los inicios del cristianismo empezaba la división entre los fieles, como ejemplo, Pablo hace una exhortación en la primera carta a los Corintios:

Os exhorto, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que seáis unánimes en el hablar, y no haya entre vosotros divisiones; a que estéis unidos en una misma forma de pensar y en idénticos criterios. Lo digo, hermanos míos, porque los de Cloe me han informado de que existen discordias entre vosotros. Me refiero a que cada uno de vosotros anda diciendo: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Pedro», «Yo de Cristo». ¿Está dividido Cristo?

Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso, apoyando mi palabra y mi predicación no en persuasivos discursos de sabiduría, sino en la demostración del Espíritu y de su poder, para que vuestra fe no se fundase en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios
1 Co 1, 10-13a. 2, 3-5

Converger en Cristo
Yo soy el Camino, la Verdad y La vida


Debemos de entender que el Evangelio de Jesús nuestro Señor, es uno y es para todos. Que debemos coexistir y comprendernos unos a otros, juntos en hermandad como cristianos unidos a Cristo. Hallar la manera de alegrarnos y celebrar las semejanzas que son muchas, aún con sus contrastes. Esto debe ser promovido, que de hecho ya lo es, desde la jerarquía de todas las iglesias. Dar más difusión al movimiento Ecuménico iniciado a principios del siglo XX por las iglesias protestantes y con el acierto de la iglesia católica también de darle continuidad al movimiento Ecuménico en el primer cuarto del siglo XX, y hasta las bases del Ecumenismo católico durante la celebración del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Y por supuesto, alentar esta unión y hermandad desde el seno familiar y en todos los espacios de nuestras vidas. Oremos y trabajemos todos por la unión de los cristianos.
¡Ecumenismo, la unidad de todas las iglesias cristianas!.

  

DLA publicado originalmente el 6 de enero de 2020



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Padre nuestro la oración por excelencia

Discípulos y Apóstoles de Cristo

La Revelación Divina

Jesús el Salvador

Dios es mi juez